Por Becky Krinsky
Se dice que cuando uno tiene claro cuál es su
misión vive motivado, convencido y enfocado a lograr sus propósitos, lo que se
traduce en una actitud positiva, determinada, con lo que se logra sentir mucha
energía y una gran fortaleza. Desafortunadamente, nadie tiene un manual de la
vida con indicaciones claras donde explique la misión que se tiene. Lo que si
queda claro, es que cada quien tiene una misión específica y no se puede
transferir.
Encontrar la misión y el propósito en la vida es
una tarea personal, que se va descubriendo poco a poco, donde la claridad total
de ésta generalmente llega cuando se vive; es decir, cuando uno está consciente
de su vida, la valora y la reconoce como algo especial, único y preciado; puede
ser que repentinamente surjan eventos y situaciones inesperados que cambian la
perspectiva que uno tenía. Es probable que se puede redirigir la atención,
quizá los intereses y las necesidades se tienen que adaptar a un nuevo reto, a
una condición distinta, desconocida y que quizá en un principio, hasta puede
ser algo incomoda y desagradable y, en casos, hasta no deseada y muy
complicada. Ciertamente la misión de la vida no se escoge, se descubre.
¿Cuál es mi misión? ¿Cómo la encuentro? ¿Para qué
vine a este mundo? Descubrirla es el misterio personal, encontrarla es un reto
opcional, vivirla es lo mejor que te puede suceder.
Una mujer que acaba de tener un hijo podría pensar
que ha encontrado su misión, pero ¿qué pasa cuando este hijo crece y hace su
vida? Pudiera ser que esa labor es parte de las habilidades que tiene que
aprender para encontrar su verdadero propósito.
Que tal el muchacho que sufre de un accidente y
queda paralitico sin poderse mover jamás. ¿Tendrá acaso algún propósito ese
accidente tan fuerte y devastador? ¿Sera que gracias a esta nueva condición
conozca su misterio?
Un hombre que pierde toda su fortuna por un mal
negocio, tiene que enfrentar una nueva situación, retos que nunca espero tener,
entonces cual era realmente su verdadera misión: Vivir y trabajar gozar su
dinero o encontrar fuerzas para vivir aún después que lo ha perdido todo.
Lo que queda claro es que todo lo que buscamos
llega en el momento preciso, a unos antes a otros más tarde, pero finalmente
todos y cada uno tenemos un motivo y solo por eso vale la pena vivir.
¿Tú ya
sabes cuál es la luz que tienes que dar en este mundo?
La
Receta:
“En
búsqueda de tu misión”
Ingredientes:
- Valor; fortaleza para descubrir
lo que tu tienes que hacer
- Persistencia; acciones continuas que
conduzcan a crecer
- Fe y confianza; reconocer que hay una
razón específica para cada quien
- Disposición; Actitud positiva y flexible
para aprovechar las oportunidades
- Esfuerzo; trabajo personal. Nadie
puede hacer por ti lo que tú tienes que hacer
- Enfoque y motivación; decidirte a ocuparte y
encontrar una razón para vivir
Precaución: La salud, las cosas materiales y la vida misma son
en si herramientas que sirven para alcanzar tu misión, éstas no son tu misión
ns si. No las confundas.
Modo de
preparación:
1. Hay que tener un propósito y una
misión en la vida. No basta
con estar vivo para vivir hay que tener un sentido y una razón que nos incite a
buscar, crecer, sentir y ser mejor cada día. Hay que persistir en contra de la
oposición, del miedo y de la inseguridad. Escucha a tu corazón siempre.
2. Cuando se vive con misión, se
tiene entusiasmo, emoción y una energía que nunca se termina. Es imposible sentir fastidio o
aburrimiento y culpa cuando uno sabe que lo que hace es lo que tiene que hacer,
sabe que no hay nada más importante o un mejor lugar que estar donde se
encuentra la razón que nos da valor a tu existencia.
3. Tener clara tu misión da valor a
todo lo que haces y te enseña a respetar a los demás. La luz que radias es
exactamente el brillo que tienes que dar, nadie puede juzgar quien brilla más,
cuando tú sabes cuánto vales cuanto te a costado llegar a donde estas, aprendes
a respetar y a valorar a los otros que también tienen su propia trayectoria.
Sentir que no puedes vivir un minuto sin hacer y
disfrutar lo que haces es la indicación más clara que haz encontrado tu razón
para vivir, tu misión te ha regalado, energía, alegría y felicidad.