La mayoría de nosotros fuimos
educados para emplearnos, es decir para vender nuestros servicios.
El ejemplo prima.
En un 90% de los hogares el padre
cabeza de familia normalmente fue o es el proveedor de los ingresos económicos
que servirán para suplir todas las necesidades que se presentan en el hogar,
desde vivienda, alimentación, vestuario, educación, etc., lo que logra en base
al trabajo que desempeña en alguna empresa industrial, comercial o del estado
como “asalariado”. Seguramente este ejemplo primó en los padres de nuestros
padres.
Nos acostumbramos a evitar en lo más
mínimo los riesgos, y en lo posible ir por la senda de lo seguro. Contar con un
trabajo estable significa que cada semana, década, quincena o mes contaremos
con unos ingresos que servirán para cumplir con nuestro cometido de vida. Hoy
día se conoce esta actitud como área o espacio de confort.