Recetas para la Vida • 27 marzo, 2015
Por Becky Krinsky
La actitud es más importante que la apariencia, las
habilidades o las aptitudes. Ni los hechos, ni la educación, el dinero,
las circunstancias, los fracasos o los éxitos definen tanto a la persona como
la actitud que tome ante lo que le sucede.
No se puede cambiar el pasado, mucho menos se puede
controlar como actúan las personas a tu alrededor, tampoco se puede cambiar lo
inevitable, ya que son situaciones fuera del alcance humano, entonces no hay
por qué insistir.
La actitud personal es lo único propio que cada quien
puede cambiar y/o controlar. Las actitudes son el resultado de las emociones
que generan los pensamientos. Cuando tienes pensamientos positivos, las
actitudes serán efectivas y emocionalmente nutritivas. Pero cuando tus
pensamientos son negativos, las acciones también lo serán.