Tomado de Recetas para la Vida
Por Becky Krinsky
Es muy fácil detectar los casos de “bullying”
(acoso o hostigamiento) cuando la agresión es declarada y evidente, claramente
se distingue el agresor y a la víctima. Sin embargo no siempre son tan obvias
las acciones. De hecho… con frecuencia la persona que es víctima ni siquiera se
percata de lo que está sucediendo.
Además, en muchas ocasiones la persona que es atacada (verbal o
físicamente), se autodenomina la culpable y hasta piensa que merece ser
excluida. La indiferencia, las fiestas exclusivas y el comadreo privado en un
grupo público, también son parte del inicio de algo que se puede tornar en un
problema más serio y, en casos, lamentable.
Las personas que hostigan pueden ser un problema desde una temprana
edad. Casi 10% de los niños en edad escolar han sido víctimas del acoso
escolar. Los que atracan, generalmente buscan para agredir a niños que de
alguna manera son más tranquilos, dóciles, pasivos o inseguros.
Através de toda las épocas siempre se ha escuchado de problemas en los
salones de la escuela y/o grupos juveniles, de alguna manera cada quien en su
momento lo ha aprendido a manejar y a superar.
¿Qué pasa hoy en día? ¿Por qué la situación se ha escalonado tanto al
grado que las víctimas han llegado en ocasiones hasta el suicido?
La realidad es que las relaciones personales son complicadas.
Independientemente de la edad siempre puede haber alguien que impone, intimida,
agrede y alguien que no se sabe defenderse o se acobarda. Quizá entonces sería
prudente entender que no se puede controlar los comportamientos, pensamientos y
los sentimientos de los otros pero si se puede desarrollar un poco mas de
conciencia y de sensibilidad personal.
Si conoces a una persona que es víctima o es un bully,
ayúdalo, no hay que seguir nutriendo sus actitudes destructivas, después
de todo es tan malo ser el agresor como ser el agredido, tanto uno como el otro
tienen grandes oportunidades para crecer, mejorar y ser mejor persona.
Puntos importantes para manejar esta situación:
La autoestima se enseña y se nutre en casa. Cuando
los padres sobreprotegen, lastiman o critican a sus hijos, estos son más
vulnerables y son presa fácil para que otros hagan lo mismo.
Los bullys en general no actúan solos. Buscan
compañía, apoyo y, sobretodo, público. Esta es su manera de demostrar su
poder e intimidar a la persona que se deja.
Los bullys no tienen problemas con una
persona en especial, sino que agreden a quien se presta. Una vez que esto
está claro es más fácil no tomarlo en forma personal y no engancharse en su mal
trato.
La Receta:
Ingredientes:
- 1 cucharada de conciencia – reconocer que toda persona tiene sentimientos
- 1 taza de responsabilidad – obligación moral de actuar correctamente sin perjudicar
- 2 piezas de autoestima – valor y amor propio, nadie puede lastimarte si no lo permites
- 3 rebanadas de flexibilidad – capacidad de aceptación de personas distintas a uno
- 1 manojo de integridad – fortaleza para no hacer o decir cosas que se mal interpreten
- 1 rebanada de buen ojo – buscar siempre cualidades positivas en los demás
Recomendación del chef:
Identifica a los bullys. Si puedes, evítalos. Si no
puedes, protégete emocionalmente para no ser parte de su juego. Recuerda
que la intimidación no es solo es una agresión física, puede ser verbal o
emocional.Recuerda que una opinión acertada puede cambiar el destino de
una persona, No es bueno esperar a que suceda un problema o surja una crisis
para escuchar o dar una buena opinión.
Modo de preparación:
1.
Los bullys también tienen problemas personales.
Tratan de sentirse poderosos maltratando a los demás. No son tan fuertes como
parecen.
2.
Toda persona tiene y debe usar su propia elección.
La libertad inicia cuando uno se hace responsable de sus acciones y de
las consecuencias. No se trata de impresionar o de obtener reconocimiento por
miedo o por lastima.
3.
La vida cambia y las circunstancias también. Los que
un día dominan en otro momento no lo harán. Es importante no solo vivir en el
momento sino ver más allá, uno no sabe a quién puede necesitar o ayudar en
un futuro.
“La verdadera autoestima se nutre con buenas
acciones, responsabilidad y conciencia, nunca con opresión, ofensas y mucho
menos lastimando a otros.”
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