Resoluciones, afirmaciones, promesas…. Más fácil
decirlas que cumplirlas
Por Becky
Krinsky
Entre
sueños, proposiciones, ilusiones, decepciones y realidades generalmente pasan
los primeros meses de cada año. En muchos casos estas promesas quedan inscritas
en el cuaderno de las buenas intenciones. Sin embargo, para llevarlas a cabo,
se necesita mucho más que una buena intensión, definitivamente las ilusiones no
se convierten en realidades si estas no se les toman con la debida seriedad y
compromiso.
Al ver en
retrospectiva todos los sucesos pasados, los eventos vividos, surge la
pregunta, ¿cumplí con los propósitos que me comprometí? ¿Cuáles son mis nuevos
objetivos? ¿Cómo puedo hacer mejor las cosas?
Es
importante hacer una contabilidad emocional real, un balance físico, así como
un análisis profundo de nuestra persona tanto internamente como en función a
los demás, entender objetivamente donde nos encontramos y que podemos hacer
para mejorar.
Esto,
quizá es el motivo más sano y positivo que se puede tener para elegir con
sinceridad los propósitos personales. Así mismo, al tener clara la visión y el
motivo de las resoluciones propuestas, se puede encontrar la motivación y el
entusiasmo para cumplirlas, sin caer en el juego de las buenas intenciones sin
verdaderos resultados.
Flor no
se lleva bien con su mamá; a pesar de que ella no siente la necesidad de
mejorar su relación, tiene algo de remordimiento cuando pasan varios meces que
no la llama ni la visita. Uno de sus propósitos del año pasado fue el llamarle
una vez por semana para saludarla. Desafortunadamente, al llamarla se sintió
incomoda, no tenía mucho que decir y para el colmo, a la tercera vez que ella
llamo su mamá le pregunto ¿Qué te pasa? ¿Necesitas algo? ¿Para qué me llamas
tanto? Razones suficientes para que Flor dejara sus buenos propicitos y no le
volviera a llamar.
Poco tiempo después se dio cuenta que ella misma llevaba una mala relación
con su propia hija, su consejera le comento que sería conveniente que
revisara el tipo de relación que ella tenía con su madre; Flor se sintió
molesta ya que pensó yo no me parezco a mi mamá, y si yo no me llevo con ella
no tiene nada que ver con mi relación con mi hija.
Luego de
mucho trabajo personal se dio cuenta que el ejemplo que ella marca, y la mala
relación de que ella lleva con su madre, son efectos importantes en la relación
con su hija, así que entendió que ella tiene que llamar a su madre, saludarla y
mejorar el trato simplemente porque esto le va a ayudar a mejorar la relación
con su propia hija; Flor lleva casi dos meses llamado una vez por semana
a su mamá, realmente no le importa como esta le contesta, su propósito es firme
y su convencimiento fuerte por lo que no pierde la calma y cumple con su
promesa.
Ella sabe
que mejorar la relación con su hija es un motivo muy valioso que la ayuda a
resistir, quien quita y con el tiempo, hasta la relación con su mamá que
según Flor no le interesa, también se termina mejorando.
La Receta:
Manteniendo
las resoluciones
Ingredientes:
- 1 lata de objetivos claros; visión concreta, cuantificable y real
- 1 manojo de perseverancia; tenacidad y resistencia a las frustraciones
- 1 sobre de flexibilidad; posibilidad de adaptarse a los cambios y apertura
- 1 cucharada de disciplina; responsabilidad y compromiso
- 2 racimos de alegría y gratitud, reconocer lo bueno y lo bello que es el camino
- 1 cucharada grande de esfuerzo; motivación e iniciativa
Modo de
preparación:
- Las resoluciones deben ser basadas en necesidades reales y no en fantasías efímeras. Reconocer el valor de los propósitos personales, ayuda a no perder la motivación y el entusiasmo para realizarlos, aun cuando el camino para lograrlos sea largo, pesado y algo complicado.
- Para alcanzar el objetivo deseado se requiere enfocarse, visualizarlo como un hecho consumado y tratar de sentir el beneficio que se obtendrá. Al establecer un plan de acción concreto, específico y detallado se marcara el camino a seguir, mantiene el enfoque claro y ayuda a sobreponerse a los obstáculos que surjan.
- Las resoluciones revitalizan y motivan el crecimiento personal. Estas ofrecen una oportunidad de examinar las aspiraciones individuales, entender las necesidades e incitan a crear logros, los cuales cuando se realizan mejoran la autoestima y la calidad de vida creando un sentimiento de bienestar único e irremplazable.
“Las
resoluciones motivan, inspiran y hacen crecer, simplemente hay que hacerlas
realidad.”
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