Si queremos dirigir
nuestras vidas debemos tomar control de nuestras acciones. No es lo que hacemos
una vez lo que moldea nuestra vida, sino lo que hacemos de manera constante.
- Anthony Robbins
Dicen que
en la vida hay más comienzos que finales.
1) Todo
sucede por una razón más allá de tu mente
Todo lo que te ha sucedido tiene una razón de ser.
Nada es casualidad y al mismo tiempo todo es justo. Puede sonar muy frío pero
en verdad que ya no podemos sacarle la vuelta a las cosas. Lo que te ha pasado
o has vivido, es perfecto.
Es tan justo que hayas encontrado a la persona amada, como que
hayas terminado tu relación. Es tan justo tu despido del trabajo como
ese increíble viaje que realizaste.
Es tan justo que esa persona que
tanto querías se haya ido de este mundo, como la enorme sorpresa que recibiste
y te hizo el día.
Ni Dios ni la vida se han puesto de acuerdo para
hacerte daño, oprimirte o enviarte castigos. Todo lo que has experimentado en
este tiempo tiene su lección escondida.
Deja de pelearte o cuestionar todo. El camino no es racionalizar.
Cargar la culpa con preguntas como: ¿Por qué me pasó esto o aquello? sólo te
mantiene estancado.
He conocido muchas personas que pudieron seguir
adelante, a pesar de vivir crisis tremendas, hasta que se reconciliaron con
ellos mismos. Es entonces, cuando entendieron que nadie los estaba castigando y
que lo que estaban viviendo era justo.
Tal vez ahora no lo entiendas, pero existe una razón más allá de toda lógica
para que hayas vivido eso que tanto te causó dolor, angustia o desesperación.
Cuando comprendes y aceptas este principio, inicias este proceso de hacerte
cargo de ti mismo y brincas a otra etapa:
2) Hazte
responsable de lo que sucede
Esos kilos de más no llegaron solos. Esa decepción
amorosa tampoco. Todo lo que estás viviendo en tu vida hoy es un reflejo de lo
que te has generado. ¿Pero cómo voy a generarme algo que no quiero? te podrías
preguntar. La respuesta es muy sencilla. Atraemos de acuerdo a como pensamos
y a como estamos vibrando.
Un ejemplo muy práctico: Empiezas una relación de
noviazgo sin haber cerrado bien la anterior, ni siquiera te das tiempo para
sanar lo que probablemente te lastimó. De hecho todavía tienes algo de rencor,
coraje y sentimientos encontrados con tu ex pareja.
¿Qué pasa? Todo es maravilloso al pensar que ya vas
a iniciar otra relación y que ahora sí es la definitiva. Pero el problema es
que sigues cargando con tu nueva relación todo lo de la anterior y tarde que
temprano, por “x” o “y” motivos también rompes con tu pareja actual.
¿Cómo reaccionas? Los pensamientos más recurrentes
son “Esta persona tampoco era para mí” “Todos son iguales” “Nunca voy a poder a
encontrar alguien bien para mi vida” “Fue culpa del amigo, de la amiga”.
La verdad es que la ruptura de esta nueva relación
en parte fue tú responsabilidad, probablemente no toda, pero sí gran parte. Si
no te haces responsable de lo que te sucede y analizas bien qué hay que
modificar y qué puedes empezar a hacer para que las cosas sean distintas, no
vas a avanzar nunca al lugar donde quieres estar.
… cuando tienes problemas económicos y quieres que
el país, el gobierno, la crisis, tu jefe, y todos los que te topes en el camino
sean culpables de tu escasez.
Mientras sigas pensando que la solución está en los
demás y no en cómo está tu relación con el dinero, en qué creencias
limitantes tienes, en qué puedes mejorar, seguirás viviendo carencias.
Hacerse responsable no es evitar a toda costa los
problemas, sino aprender de ellos y ver cómo tu parte también tuvo algo que ver
para que llegaran a tu vida.
3) Cierra
etapas
…no (debes) puedes empezar algo sin haber cerrado
el pasado.
Todo aquello que sientas que ya no debe de estar,
definitivamente NO DEBE DE ESTAR. Todo aquello que sientas que te sigue
frenando para crecer y desarrollarte, es importante dejarlo a un lado.
¿Qué sigue estando en tu vida que es importante
concluir? ¿Qué ya no debe de estar o permanecer? ¿Qué sigues cargando? ¿Algún
empleo? ¿Alguna relación? ¿Alguien a quien pedir perdón? ¿Decir algo?
La vida se trata de no dejar cosas pendientes. Entre más huecos dejes, más
tardará en llegar lo que deseas.
Dice Paulo Coelho
“La vida está para adelante nunca para atrás, si
andas por la vida dejando puertas abiertas no podrás desprenderte ni vivir lo
de hoy con satisfacción”.
Es triste y difícil para muchos la despedida, pero
es mucho más trágico seguir donde mismo y no avanzar.
Cerrar círculos es como el antídoto contra el apego
y la mejor manera de abrir tus brazos a cosas nuevas.
4)
Aligera la carga
¿Para qué seguir guardando lo que ya no sirve?
¿Papelitos, fotografías, cartas, objetos, cuadros, recibos telefónicos, etc.?
Todo lo que almacenas tiene una fuerte influencia
en las metas u objetivos que persigues. Guardar lo viejo es anclarse al pasado
y evitar vivir el presente. No hay porqué almacenar. Aquí aplica la frase de
los diseñadores “menos es más”.
Por un lado, mucho de lo que guardas pudiera tener
una carga de energía negativa y por otro, aunque no la tuviera, es un gasto
innecesario de tranquilidad el seguir estando en donde ya no debes de estar.
Vivir aquí y ahora es el mejor consejo que me han
dado en mi vida. De hecho, esa misma forma de pensar se la compartieron a un
famoso cantante mexicano. Le causó un shock emocional cuando le pidieron que
guardara en cajas todos sus discos de oro y de platino que había ganado por sus
miles de ventas y que tenía colgados en su estudio para satisfacer las
necesidades de su ego. Cuenta, que cuando lo hizo, sintió que se quitó una
carga de encima que llevaba mucho tiempo en su espalda, y no sólo eso, sino que
además empezó a fluir mucho más en la composición de su música.
Una señora me platicaba que llevaba literalmente
quince años guardando los estados de cuenta de sus tarjetas de crédito. Cuando
le pedí que se deshiciera de todo eso, empezaron a mejorar sus finanzas. Cuando
lo hagas, entenderás que existe una enorme relación entre almacenar y no
recibir lo que deseas o en soltar y empezar a sorprenderte por tanto que
empieza a llegar.
Revisa tu habitación, tu hogar completo. Bota todo
aquello que ya ocupe mucho espacio, sobre todo cosas y recuerdos que hayan
estado en algún momento difícil, de tristeza o de algo que ya no quieres
continúe en tu vida. Hay tantas cosas que sólo están de más. Y hablo
desde cosas viejas hasta sentimientos pasados. Aligerar la carga es
abrirte espacios y comprender que en esta vida sólo estamos de paso.
¿Sabes que es lo más sorprendente? Que entre más te
desapegues y vivas ligero, más seguirás recibiendo. Pero ya cuando eso suceda,
tendrás otro enfoque, en donde lo que recibes lo utilizas pero en cualquier
momento te puedes despedir, generando la paz que necesitas.
5)
Enfócate en tu propósito
Alinéate
con tu propósito
El saber para qué estoy en este mundo y por dónde
debo caminar me da la claridad de que todo lo que realice esté totalmente
armónicamente relacionado con mi propósito. Hablo desde mi pareja, mis
actividades diarias hasta nuevos proyectos u oportunidades de trabajo.
Para las mentes
primitivas este concepto suele generar mucho ruido, ya que normalmente
viven al día, sacando pendientes, apagando fuegos y haciendo lo que les toca
hacer por horario; muy pocos se detienen para planear, para ver si están en el
lugar correcto y sobre todo para tomar decisiones respecto a lo que hacen.
Enfocarte en tu propósito es ver más allá de lo
normal. Es entender que ocupas un lugar importante en este mundo y que una
excelente forma para ayudarlo, es poniendo lo mejor de ti al servicio de los
demás. Una vida con propósito no es sólo más placentera y fácil de llevar,
sino también mucho más trascendente.
Pregúntate si estás en el lugar que amas, haciendo
lo que en verdad te apasiona y si no, ¿qué podrías hacer para acercarte a ese
estilo de vida?
Comprométete que a partir de ya, vas a elegir
actividades únicamente acorde a tu propósito y principios.
6)
Agradece
La gratitud abre más puertas que una llave. Sabernos agradecidos por todo
lo que hemos recibido, tanto lo bueno, como lo no tan bueno, es una oportunidad
maravillosa para “regresar” un poco al mundo lo que nos han dado.
7) Define
metas, visualiza y recibe
Lista tus
propósitos.
… por más que te propongas lo que te propongas,
hagas diez mil afirmaciones, coloques frases positivas en el espejo de tu baño,
pongas a un santo de cabeza o le reces a quien le reces, sino trabajas en
cumplir las primeras seis, de nada sirve ninguna meta, por más “grande” o
“bonita” que se escuche.
Imagínate que vas en la carretera, pero quieres
llegar a tu destino, sin antes conocer la ruta adecuada, las desviaciones, las
curvas peligrosas, los obstáculos. Por más que en tu mente y deseo esté llegar
a la meta, no lo podrás lograr porque no has hecho lo primero.
Definir metas es saber exactamente lo que quieres pero
a partir de ya. No como
un simple propósito romántico, sino como una realidad que deseas manifestar.
¿Qué quiero? Escríbelo en primera persona, de forma positiva, en tiempo
presente y para cuál fecha lo deseas concretar. Ejemplo: Estoy comprando la
casa de mis sueños antes de julio del….
No necesitan ser metas gigantes. Pueden ser simples
pasos pero que harían una gran diferencia en tu vida. Ejemplo: Estoy visitando
a mi madre y pidiéndole perdón antes de que termine este mismo mes.
Visualizar es aceptar que ya está sucediendo y que
sólo vas a iniciar el proceso para llegar a tomar eso que deseas, pero que ya
existe en algún lugar. Y
recibir es darte el permiso para que llegue lo mejor ¿por qué? porque te lo
mereces. Tus metas no pueden dejar espacio para la duda ni para la
desconfianza.
… si siempre has vivido con tu típica manera de
hacer las cosas y aun así no has generado la realidad que sueñas ¿Por qué no
darte la oportunidad de intentar algo diferente?
Recuerda :
“El mundo está en manos de aquellos que tienen
el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños”.
……………………………………………………..
Adaptación
a artículo original de David Montalvo
No hay comentarios:
Publicar un comentario